lunes, 6 de agosto de 2012

En la galaxia de las Artes Visuales, cuando un autor quiere que quien dé título a alguna o a todas sus obras sea el espectador, las acompaña con estas dos simples palabras: sin título. Para los anglosajones, el mismo concepto se representa con una sola: untitled, adjetivo que traducido literalmente quiere decir intitulado. Suele ocurrir, sobre todo, en expresiones abstractas porque son más dadas a sugerir formas y composiciones figurativas diversas, que se dan en la imaginación de quien las observa. Tantas como espectadores puedan tener acceso a esas obras. También, el motivo de no titularlas puede ser la propia negación del artista a hacerlo, sencillamente, porque no lo desee. 

Desde hace un tiempo, me ronda la cabeza hacer un parangón en el mundo de la escritura que, modesta y tímidamente, intento habitar con mejor o peor fortuna. Mi intención es organizar un ámbito que no lleve título y que, al modo de muchos de los practicantes de estas artes, todo lo que en él aparezca tampoco esté titulado. En definitiva, que sean los que entren en este espacio los que pongan el titular que les parezca más adecuado o más sugerente o más descriptivo, a cada uno de los retazos que vayan conformándolo. Hoy, es habitual que los periodistas pidan a otros colegas, que forman parte de tertulias monográficas, que den un titular a noticias o pronunciamientos de personajes de todo tipo: políticos, deportistas, investigadores, famosos populares o gente de a pie. Aspiro a que aquellos que tengan la amabilidad de leer lo que vaya surgiendo en esta bitácora, se pronuncien y participen en lo que podría llegar a ser un divertimento sin más pretensión que la de establecer un nexo entre la que junta las letras y los que lleguen a leerlas.

En vez de cuadros, fotografías, dibujos, grabados o esculturas serán reflexiones, ocurrencias, opiniones, descripciones o recuerdos los que ocupen las paredes de este espacio que no lleva título, precisamente porque intentará ser un espacio múltiple e ilimitado, además de intitulado. En la galaxia de las Artes Visuales, el autor que no titula no suele saber qué títulos dan a sus obras los que las observan, admiran o repudian. En este pequeño mundo de pequeñas escrituras, quien se atreve a redactarlas sí que tiene la oportunidad de saber cómo podrían titularse, si quienes las ojeen desearan hacerlo. No deja de ser una buena ventaja y con ella cuento, si los potenciales lectores de estas letras juntadas lo estiman oportuno. Vaya mi agradecimiento por delante.

(Acompañaré, cada post, con una sola imagen en la que se reproducirá un cuadro abstracto. Proceden, unas veces, de las muchas páginas que ofrece Internet con trabajos de este estilo y, en otras ocasiones, son modestas producciones propias. Obviamente, intitulados también y sujetos a la interpretación y el gusto de los que los vean. Lo mismo que los textos: sin títulos.)

2 comentarios:

  1. Ánimo y a ello. Me parece una idea muy buena y por supuesto que voy a participar en ese divertimento. Un abrazo.

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    1. Gracias, querida Jane. Me alegra recibir tu visita, de vez en cuando. Un beso.

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